Hay una enorme diferencia entre hacer algo por placer u hobby y hacerlo para que te reporte un beneficio económico y vivir de esa actividad.

Creo que es una decisión que hay que meditarla mucho. En este mundo vas a encontrar personas que vean tu segunda torta y te digan: “Qué buena que sos decorando, tendrías que dedicarte a esto” y vos, que a lo mejor viste cientos de trabajos de otra gente, pienses que todavía te falta mucho.  Por el contrario llegará otro momento en el que es probable que te sientas lista para arrancar y te encontrás con quienes te digan que es una actividad que no es redituable o que no van a apreciarlo, o peor, que emprender una actividad hoy en día no es sinónimo de fracaso (claro, quien te diga eso no hizo nunca el intento de emprender).

Y como para todo en este mundo, todas las opiniones son válidas, porque son eso… opiniones.  Aquí lo que realmente importa es lo que vos creas, tu opinión y el motivo que te impulse a emprender.

Ahora bien, emprender no es ni cosa fácil, ni mucho menos rápida y si puedo ser sincera, muchas veces es frustrante porque requiere muchísimas horas de dedicación y mucho sacrificio. Pero sí hay algo que es totalmente cierto y es que no es imposible, si no, no habría innovación, no abrirían pequeñas empresas y tampoco estaría yo escribiendo esto para darte ánimo.

Lo primero que tenés que encontrar es tu habilidad o tus fortalezas, qué es lo que te individualiza y te hace diferente, porque nadie, por más que lo quiera, es bueno en todo.  Cuando emprendemos nos encontramos en un escenario en el que somos dueñas y empleadas, las inversoras y la mano de obra y cuando nuestro negocio comienza a crecer, vamos a entender por las malas, que “el que mucho abarca, poco aprieta”. Y ahí es cuando llegará el momento de delegar.

 

Vamos a lo primero:

 

¿Cuál es mi nicho?

 

En general, hay veces que queremos “hacer algo, algún negocio” y no sabemos bien qué. Hay mucho, pero mucho para elegir y en internet hay sitios con listados con ideas de negocios y consejos para emprendedores que parten de una misma base común y es la de ganar experiencia de a poco.

En esta aceleración online, hay muchas alternativas digitales también, tal es el caso de los emprendimientos de marketing y marketing digital. Además, internet ayuda a expandir las posibilidades de ganar dinero desde casa, por ejemplo con diseño de sitios web.

Hay actividades tan variadas para emprender, como el cultivo hidropónico, las artesanías regionales, tés artesanales, y naturalmente, la repostería artesanal por ejemplo.

Otro emprendimiento que es muy atractivo es el de las joyas y accesorios, que tiene mucho glamour. Personalmente, cuando viajo me gusta traer un pedacito del lugar al que fui, y como le pasa a muchas personas, la joyería artesanal es algo inevitable y un mimo. Si normalmente estar en forma y tener una vida saludable debería ser lo normal, creo que se acentuó durante el confinamiento por Covid-19, entonces, emprendimientos de salud y vida sana son una excelente opción.

En el de los emprendimientos de catering o infantiles, tenemos máquinas dispensadoras de helados, por ejemplo que son un excelente complemento para fiestas o reuniones.

Pero, para elegir un rubro y siendo que me gusta la repostería creativa, la vamos a tomar de referencia en este ejemplo: Hay personas a quienes se les da genial modelar figuras, otras que son excelentes en las mesas dulces y  otras que tienen gusto por la decoración de eventos, por ejemplo.

 

Ahora sí:

 

Analicemos nuestro emprendimiento: Matriz FODA

 

Cómo encarar todas esas actividades (y otras más que surgen siempre) de una manera profesional y que quede perfecto? Creo que es imposible. Algo siempre se pasa, sale mal o en el mejor de los casos, no sale tan bien como lo habíamos planeado. La última vez que fui la repostera-pulpo, terminé con 15 días de kinesiología y medicamentos miorrelajantes, por la terrible contractura de cuello y espalda alta que tuve al terminar el evento. Valió la pena? No. Saqué algo en limpio? Sí!. Nunca más ese estrés.

Vamos a hacer una práctica, dividí una hoja en 4 zonas: Fortalezas, Debilidades, Oportunidades y Amenazas y escribí en cada cuadrante, lo que vamos a ver a continuación.

 

 

Fortalezas

Entonces, lo que quiero transmitir es que tendrías que identificar qué te gusta, en qué sos buena y te apasiona. El resto es complementario, como es complementaria la decoración de la mesa dulce, cuando tu fuerte es la torta decorada central. Eso que es complementario, va a llegar el momento en que tengas que delegarlo. Ese proceso requiere una autoevaluación sincera.

Mi recomendación es que lo escribas. Escribí una lista de tus habilidades, poné en la lista todo en lo que realmente sos buena (o te gustaría serlo), dónde destacás, qué es lo que se te da bien, qué te sale con facilidad y naturalidad. Evidentemente todo es mejorable, pero no está bueno forzar algo que no te gusta o te frustra, solamente porque “hay que hacerlo” o el cliente lo quiere.

 

Debilidades

Luego pensá en tus debilidades, en lo que sos pésima o no te gusta ni un poco. En lo que no querés gastar energía aunque haya que hacerlo. Identificá esas “debilidades” y ponelas en la lista, pero en otra columna. Son la contrapartida de tus fortalezas.

 

Oportunidades

Ahora, pensá en las oportunidades de mercado que creas que existen. Por ejemplo: qué hacés muy bien y que ahora nadie está haciendo? O que hacés mejor o más rápido? Podrías identificar un sector del mercado (nicho) en el que podrías entrar?

 

Amenazas

Por último, pensá en los factores externos que pueden hacer peligrar tu proyecto, como alquilar un salón para poner tu casa de té, y luego de estar un tiempo y hacerte una clientela, el dueño podría no querer renovarte el contrato.

Todos estos puntos que anotaste se llaman Matriz FODA y no es otra cosa que una identificación concreta de tus puntos fuertes y débiles, que dependen de vos, y las oportunidades y amenazas que dependen del contexto o de otras personas (como proveedores).

¿Y para qué nos sirve? Nos sirve para ver de un modo sencillo la viabilidad de nuestro proyecto. Nos sirve para analizar si realmente estamos locos, o hay una oportunidad real donde emprender. Y hacerlo conscientes de que estamos llevando a cabo un proyecto que costará mucho trabajo, pero que analizamos lo mejor posible y decidimos jugarnos.

Puede parecerte difícil, pero te aseguro que vale la pena, porque teniendo delante de tus ojos, todo lo más posible, van a quedar menos “imprevistos” que son tan caros a las finanzas y a la salud de un negocio. Conocer estos cuatro aspectos te va a ayudar a tomar la decisión de emprender o no emprender, o de ajustar tuercas antes de que sea tarde y conviertas una amenaza en una oportunidad.

Cada punto que vimos, puede fortalecerse o prevenirse en la medida de que lo conozcamos con la mayor antelación posible. Por ejemplo: si alquilamos un salón para poner nuestra casa de té y existe un riesgo de que no nos renueven el alquiler, podemos proyectar sacar un crédito para comprarlo (ese local u otro). O si hacemos un postre que lleva un ingrediente exótico y tenemos un solo proveedor, tendremos que evaluar la búsqueda de un segundo (o tercer) proveedor, para evitar quedarnos sin esa materia prima, o evitar estar sujetos a las condiciones comerciales que quieran imponernos.

Hay personas que dicen que siempre hay que intentarlo. Al menos yo no creo eso. Hay cosas que a veces no hay que intentarlas, porque analizándolas fríamente no son viables, por más amor que pongamos o por más sueños que tengamos con ellas. Puedo tener un hobby pero vivir de él requiere de mucho más que amor y si nos obstinamos en hacerlo, de todos modos, podemos terminar pagando para que nos compren.

Si realmente creés que tenés el proyecto y las herramientas necesarias, entonces no dejes que nadie te diga que no lo podés hacer. El mundo está lleno de “expertos” que no tienen experiencia propia.

Espero que estos tips te sirvan.

Un abrazo y hasta el próximo post.